El 25 de septiembre, Amnistía Internacional y Greenpeace presentan un informe conjunto de investigación en el que describen con detalle cómo se permitió que los residuos tóxicos fueran transportados de Europa a África Occidental en 2006, así como el verdadero alcance de la responsabilidad que tuvo la empresa multinacional Trafigura en ese vertido, por culpa del cual más de 100.000 personas necesitaron tratamiento médico urgente.