Tomarse la injusticia como algo personal

El mundo está cambiando. Y nosotros con él.

Estamos cambiando nuestra manera de trabajar y trasladando recursos a ubicaciones estratégicas en todo el mundo.

Con una presencia global más fuerte, apoyaremos a más personas para que conozcan sus derechos humanos, los reclamen y disfruten de ellos. Ejerceremos más presión a nivel nacional, regional e internacional.

Actuaremos más rápido. Trabajaremos a una escala mayor. Nos centraremos en las cuestiones más relevantes para la vida de las personas.

Nuestra legitimidad aumentará a medida que construyamos un movimiento realmente global, que defienda los derechos humanos para todas las personas. Ésta es una época de desafíos para la justicia y los derechos humanos. La desigualdad va en aumento. Los conflictos, la migración y las luchas por los recursos están dejando a la gente en una situación de vulnerabilidad.

Y mientras más personas luchan para hacer oír sus voces, los Estados responden reprimiendo los derechos humanos, a menudo con la excusa de proteger el orden público o acabar con el terrorismo.

Para adaptarnos a nuestro mundo cambiante, estamos acometiendo la mayor transformación en la historia de nuestra organización.

Amnistía Internacional

La acción es el antídoto a la desesperación.

Joan Báez, cantante folk, activista y embajadora de conciencia de Amnistía Internacional de 2015

Estas metas esbozan cómo modificaremos la forma en que se lucha por los derechos humanos y se llega a conquistarlos, colaborando cuando podamos y ejerciendo oposición cuando debamos.

Para lograr avances duraderos en todo el mundo, nos aseguraremos siempre de:


  • analizar por qué se cometen abusos contra los derechos humanos, guiados por las personas cuyos derechos se violan;

  • identificar las maneras más efectivas para lograr el cambio;

  • enfrentar y denunciar a los Estados, empresas e instituciones que violen derechos;

  • actuar de manera rápida y efectiva para brindar apoyo a los presos y presas de conciencia y a quienes sufren injusticias;

  • innovar para lograr el mayor impacto posible;

  • situar los derechos humanos de las mujeres y la igualdad de género en el centro de nuestro trabajo;

  • mantenernos preparados para adaptarnos a nuevos desafíos;

  • trabajar con aliados que compartan nuestra determinación;

  • apoyar a las personas para que reclamen los derechos humanos que todos y todas compartimos.

1. Reclamar las libertades

Un mundo en el que todas las personas conocen sus derechos humanos y pueden reclamarlos.

En todo el mundo, liderazgos poco éticos y que no rinden cuentas han desencadenado encendidas protestas, a menudo organizadas por jóvenes a través de teléfonos móviles e Internet.

No obstante, al tiempo que la gente lucha por tener una mayor participación en las decisiones que afectan a sus vidas, aumentan los ataques contra manifestantes pacíficos, periodistas, defensores y defensoras de los derechos humanos y organizaciones de la sociedad civil.

Debemos invertir la tendencia en favor de la imparcialidad y la justicia. Para ello, ayudaremos a las comunidades a que tengan acceso a la información y las herramientas necesarias para poder reclamar sus derechos humanos, y construir sociedades que los respeten verdaderamente.

Trabajaremos para construir un mundo en el que:

Las personas que defienden los derechos humanos no corren peligro y reciben apoyo.

Lo lograremos:

  • señalando y haciendo que disminuyan los ataques contra los defensores y las defensoras de los derechos humanos;
  • proporcionando formación y nuevas tecnologías, especialmente a las mujeres y a las personas marginadas;
  • respaldando leyes y políticas que permitan que la sociedad civil prospere;
  • combatiendo las leyes y políticas que impiden a las personas defender los derechos humanos.

Las personas conocen sus derechos y están empoderadas para reclamarlos.

Lo lograremos:

  • ejerciendo presión sobe los gobiernos para que emprendan acciones que garanticen la educación en derechos humanos;
  • empoderando a las personas —especialmente a los jóvenes— para que defiendan los derechos humanos, empezando por sus comunidades.

Las personas pueden reclamar sus derechos a hablar abiertamente, a organizarse y a oponerse a las injusticias.

Lo lograremos:

  • combatiendo las leyes que impiden a las personas protestar y expresar sus opiniones;
  • ejerciendo presión a favor de una protección legal efectiva para las personas que denuncian irregularidades;
  • garantizando que las medidas de vigilancia se ajustan a las normas de derechos humanos.

2. Garantizar igualdad de derechos para todas las personas

Un mundo en el que se disfruta de los derechos humanos y de la justicia sin discriminación.

En todo el mundo, con frecuencia, a pesar de la existencia de leyes contra la discriminación, millones de personas padecen exclusión política, económica, cultural y social.

Las mujeres tienen menos poder económico y político que los hombres, incluso en países en los que sus derechos están protegidos por la ley. La violencia de género sigue siendo un problema de enormes proporciones. Y para las muchas personas que sufren múltiples tipos de discriminación —por ejemplo, una combinación de prejuicios basados en la raza, la etnia, el género o la sexualidad— el impacto puede ser particularmente grave.

En Amnistía Internacional, continuaremos luchando por la igualdad, y especialmente por la igualdad de género, en todo el mundo. Y protegeremos los derechos de los grupos discriminados por múltiples motivos.

Trabajaremos para construir un mundo en el que:

Se avanza hacia la igualdad basada en el género, la identidad de género y la sexualidad.

Lo lograremos:

  • haciendo campaña a favor de leyes más efectivas para impedir las discriminación sexual y de género;
  • apoyando a las personas que sufren discriminación por su género, identidad de género o sexualidad, para que defiendan sus derechos y exijan justicia.

Disminuye la discriminación, incluida la discriminación violenta.

Lo lograremos:

  • apoyando a las personas que sufren discriminación para que alcen su voz y exijan justicia;
  • trabajando para reducir los crímenes de odio;
  • ejerciendo presión sobre los gobiernos para que brinden protección frente a la discriminación violenta;
  • garantizando que la discriminación no influye en la justicia penal;
  • combatiendo leyes, políticas y organizaciones que discriminen;
  • respaldando marcos nacionales más sólidos que promuevan la igualdad.

Más personas pueden disfrutar de sus derechos económicos, sociales y culturales.

Lo lograremos:

  • proporcionando a las personas las herramientas, la información y las oportunidades necesarias para reclamar sus derechos y hacer que los encargados de tomar decisiones rindan cuentas;
  • brindando apoyo a las personas para que puedan acceder a servicios que les ayuden a disfrutar de sus derechos;
  • ejerciendo presión para que se establezcan marcos jurídicos más sólidos de protección de los derechos económicos, sociales y culturales;
  • apoyando los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

3. Responder a las crisis

Un mundo en el que las personas gozan de protección durante los conflictos y las crisis.

Cada año, cientos de miles de personas mueren de manera violenta en conflictos y crisis, y millones necesitan protección y apoyo.

La facilidad generalizada con que se pueden conseguir armas expone a la población civil a enormes riesgos. Con frecuencia, los organismos regionales e internacionales no brindan una protección adecuada, y los responsables de crímenes de guerra y otras violaciones de derechos humanos eluden el castigo.

Seguiremos desempeñando un papel destacado para responder a los conflictos y las crisis, ejerciendo presión sobre las instituciones internacionales para que actúen de manera efectiva, protegiendo a las personas del comercio irresponsable de armas e intentando garantizar que jamás se cierren las fronteras internacionales a las personas que necesitan ayuda o refugio.

Trabajaremos para construir un mundo en el que:

Se mejora la protección de la población civil mediante acciones efectivas de instituciones y mecanismos nacionales , regionales e internacionales.

Lo lograremos:

  • pidiendo a los miembros permanentes de Consejo de Seguridad de la ONU que no usen su poder de veto cuando se estén cometiendo atrocidades en gran escala;
  • apoyando las misiones de mantenimiento de la paz para que protejan los derechos, especialmente los de las mujeres;
  • haciendo campaña para que las resoluciones del Consejo de Seguridad se apliquen sistemáticamente;
  • ejerciendo presión para que los mecanismos de alerta temprana detecten conflictos y crisis incipientes.

Se hace rendir cuentas a los responsables de abusos contra los derechos humanos y las víctimas tienen acceso a la justicia, la verdad y la reparación.

Lo lograremos:

  • exigiendo leyes nacionales efectivas sobre genocidio, crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad, desaparición forzada y tortura;
  • ejerciendo presión para que se adopten leyes y medidas que garanticen la aplicación del principio de jurisdicción universal por crímenes internacionales;
  • apoyando tribunales híbridos e internacionales cuando los sistemas judiciales nacionales no garanticen la rendición de cuentas por crímenes internacionales;
  • ayudando a las personas —especialmente a las mujeres— a exigir justicia cuando se violen sus derechos en conflictos y crisis;
  • denunciando y presionando para que se actúe contra la perniciosa transferencia de armas;
  • reduciendo el uso de armas explosivas en áreas pobladas.

Las personas afectadas por conflictos, crisis, tortura o persecución tienen un acceso adecuado a protección y ayuda.

Lo lograremos:

  • respaldando a las personas refugiadas, solicitantes de asilo y personas desplazadas por conflictos para que accedan sin riesgos a apoyo y protección;
  • ejerciendo presión en favor de una mejor protección de las personas refugiadas y solicitantes de asilo;
  • haciendo campaña contra los intentos ilegales de cerrar o proteger las fronteras.

4. Garantizar la rendición de cuentas

Un mundo en el que los responsables de abusos contra los derechos humanos rinden cuentas.

Con demasiada frecuencia, los sistemas de justicia no hacen efectiva la rendición de cuentas, en particular para los grupos marginados. Cuando eso sucede, los tratados y las leyes de derechos humanos se convierten en papel mojado.

Así pues, es fundamental lograr que los gobiernos rindan cuentas, y nunca ha sido tan importante persuadir a los poderes emergentes para que apoyen firmemente los derechos humanos.

Los desafíos siguen siendo considerables. Los mecanismos regionales están sobrecargados. La Corte Penal Internacional enfrenta dificultades. Los abusos contra los derechos humanos cometidos por entidades no estatales, como las empresas, complican más la situación. Lo mismo sucede con los abusos cometidos por gobiernos más allá de sus fronteras.

Con todo, seguiremos exigiendo rendición de cuentas centrándonos en el cambio a nivel nacional al tiempo que trabajamos a escala regional e internacional.

Trabajaremos para construir un mundo en el que:

Se refuerza la maquinaria global y regional de derechos humanos en los casos en que falle la protección de los derechos humanos a escala nacional.

Lo lograremos:

  • mejorando el acceso a la justicia a través de los sistemas regionales de derechos;
  • reforzando los organismos internacionales para garantizar que se rinden cuentas por los abusos más graves contra los derechos humanos.

Se fortalecen a escala nacional la gobernanza y la rendición de cuentas en materia de derechos humanos.

Lo lograremos:

  • ejerciendo presión para que las leyes y normas nacionales se ajusten al derecho y las normas internacionales e impartan justicia para todas las personas;
  • reforzando los mecanismos para que los responsables de crímenes internacionales comparezcan ante la justicia;
  • trabajando para acabar con la pena de muerte;
  • ejerciendo presión para que haya una mayor protección frente a los abusos contra los derechos humanos cometidos por empresas;
  • persuadiendo a gobiernos —especialmente a los de los países emergentes—para que promuevan los derechos humanos en su política exterior.

5. Maximizar nuestros recursos y la implicación

Seremos un movimiento de derechos humanos realmente global, que defiende los derechos humanos para todas las personas.

Nuestra capacidad de cambiar el mundo depende de nuestra capacidad para movilizar a millones de personas en todo el planeta y que se unan a nosotros.

Por lo tanto, nos centraremos en construir un movimiento global lo más sólido posible de gente que defienda con pasión los derechos humanos.

Y nos aseguraremos de estar preparados para alcanzar el éxito y las metas estratégicas presentadas en este documento.

Trabajaremos para construir un mundo en el que:

Amnistía Internacional es un movimiento más grande, más fuerte y más diverso, con mayor capacidad para causar impacto en los derechos humanos.

Lo lograremos:

  • habiendo incorporado de aquí a 2020 a 25 millones de personas cada año para que actúen por los derechos humanos;
  • y habiendo inspira a 4 millones de personas para que aporten dinero por los derechos humanos cada año, recaudando 400 millones de euros junto con las contribuciones de nuestros mayores donantes.

Amnistía Internacional se ve reforzada con una participación activa y diversa a todos los niveles.

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