Las violaciones de derechos humanos persisten en Irán 30 años después de la Revolución Islámica

Hace 30 años, el cambio de gobierno en Irán cambió el panorama de Oriente Medio. El gobierno que llegó al poder el 10 de febrero de 1979 condujo a la creación de la primera república islámica del mundo.

La República Islámica de Irán se creó tras un referéndum nacional celebrado el 1 de abril de 1979. En otro referéndum, en diciembre del mismo año, se aprobó la Constitución y se confirmó al ayatolá Jomeini como líder supremo de la nación.

Los gobiernos anteriores nombrados por el ex sha, Mohamed Reza Pahlevi, se consideraban en general corruptos y responsables de violaciones atroces de derechos humanos.

El ayatolá Jomeini prometió que todos los iraníes serían libres. Sin embargo, los últimos 30 años se han caracterizado por continuas violaciones de los derechos humanos.

La multitud de violaciones especialmente graves que caracterizó los primeros años de la República Islámica disminuyeron con el tiempo, pero en la actualidad la situación de los derechos humanos sigue siendo nefasta. Durante el periodo reformista del presidente Jatamí (1997 a 2005), en que se vio una cierta relajación de las restricciones relativas a la libertad de expresión, se suscitaron esperanzas en una mejora sostenida, que sin embargo se han visto gravemente defraudadas desde la elección del presidente Mahmud Ahmadineyad en 2005.

Cuatro años más tarde, y ante las nuevas elecciones presidenciales que se celebrarán a mediados de este año, siguen imperando la impunidad, la tortura y otros malos tratos, así como la aplicación de la pena de muerte.

Algunos sectores de la sociedad – como las minorías étnicas– siguen estando ampliamente discriminados, mientras que la situación de otros grupos –sobre todo ciertas minorías religiosas– ha empeorado significativamente bajo el mandato del actual presidente.

Las personas de quienes se considera que discrepan de las políticas oficiales, establecidas o no, sufren severas restricciones de sus derechos a la libertad de creencias, expresión, asociación y reunión. Las mujeres siguen estando discriminadas, tanto en la ley como en la práctica. La impunidad por abusos contra los derechos humanos es generalizada.

Sólo en los últimos tres meses, Amnistía Internacional ha recibido informes sobre oleadas de detenciones arbitrarias y hostigamiento, dirigidas sobre todo contra miembros de las minorías étnicas y religiosas de Irán, estudiantes, sindicalistas y activistas en favor de los derechos de las mujeres.

Amnistía Internacional tiene noticias sobre más de 200 individuos a quienes, al parecer, se ha detenido de forma arbitraria o contra quienes se han tomado otras medidas represivas. Muchas de las personas detenidas, si no todas, están expuestas a sufrir tortura u otros malos tratos. Otras personas detenidas antes de este período han sido condenadas a muerte.

Además, varios periódicos han sido clausurados y se ha restringido el acceso a sitios de Internet, entre ellos algunos relacionados con los derechos humanos u operados por medios de difusión internacionales . El propósito de estas medidas puede ser, en parte, reprimir el debate y silenciar a las voces críticas con las autoridades antes de las próximas elecciones presidenciales que se celebrarán en junio de 2009.

Amnistía Internacional viene documentando violaciones de derechos humanos en Irán desde mediados de la década de 1960. No obstante, a los representantes de la organización no se les ha permitido visitar Irán para llevar a cabo una investigación de primera mano sobre la situación de los derechos humanos hasta poco después de que se produjera la Revolución Islámica.

“Treinta años después, algunos de los peores abusos cometidos durante el régimen del sha  –tortura, ejecuciones y la represión de la disidencia legítima– se siguen cometiendo todavía en Irán, a pesar de los esfuerzos realizados por la creciente y valerosa comunidad de defensores de los derechos humanos del país –ha dicho Malcolm Smart, director del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional–. Ya es hora de que las autoridades iraníes cumplan con sus obligaciones en virtud del derecho internacional de los derechos humanos.”