Las autoridades iraníes están usando la detención en régimen de incomunicación, la reclusión prolongada en régimen de aislamiento y las amenazas a familiares para extraer a la fuerza “confesiones”, que graban en vídeo, de defensoras de los derechos de las mujeres detenidas por hacer campaña contra la legislación discriminatoria que obliga a llevar hiyab (pañuelo para la cabeza), ha declarado Amnistía Internacional.
La organización ha identificado al menos seis de estos casos desde abril de 2019. Uno de ellos es el de una joven defensora de los derechos de las mujeres que fue sometida a desaparición forzada del 2 al 13 de julio.
“Las autoridades iraníes se sienten amenazadas por la creciente fuerza del movimiento en favor de los derechos de las mujeres que se opone a la legislación que las obliga a cubrirse la cabeza con pañuelo, y están empleando burdas tácticas para desacreditar a activistas que protestan contra la obligatoriedad del uso del pañuelo, disuadir a otras personas de unirse al movimiento e infundir miedo en la sociedad”, ha declarado Philip Luther, director de Investigación y Trabajo de Incidencia para Oriente Medio y Norte de África de Amnistía Internacional.
“Es indignante que estas mujeres, que ni siquiera deberían haber sido detenidas, estén siendo torturadas o sometidas a otros malos tratos para obligarlas a participar en vídeos propagandísticos oficiales en los que ‘confiesan’ su ‘culpa’ y reniegan de la campaña contra la obligatoriedad de cubrirse la cabeza con pañuelo. Las autoridades deben poner a estas mujeres en libertad de inmediato y sin condiciones, retirar todos los cargos contra ellas y abstenerse de emitir sus ‘confesiones’ en los medios de comunicación estatales.”
Las autoridades iraníes están empleando burdas tácticas para desacreditar a activistas que protestan contra la obligatoriedad del uso del pañuelo, disuadir a otras personas de unirse al movimiento e infundir miedo en la sociedad
Philip Luther, director de Investigación y Trabajo de Incidencia para Oriente Medio y Norte de África
Los funcionarios de los servicios de inteligencia y seguridad que se ocupan de la producción de estos vídeos de propaganda ordenan a las defensoras de los derechos de las mujeres que se retracten de su oposición al uso obligatorio del velo, denuncien la campaña Miércoles Blancos contra la legislación sobre el uso obligatorio del velo y expresen su “arrepentimiento” por dejarse “incitar” por “agentes de la oposición antirrevolucionaria” en el extranjero.
El caso más reciente documentado es el de la defensora de los derechos de las mujeres Saba Kordafshari, de 22 años, detenida el 1 de junio. Según contó su madre, Raheleh Ahmadi, tras su detención la mantuvieron en régimen de aislamiento durante 11 días en el centro de detención de Vozara, en Teherán, hasta que el 11 de junio la trasladaron a la cárcel de Shahr-e Ray. Mientras estuvo aislada, la presionaron constantemente para que denunciara ante una cámara la campaña Miércoles Blancos. Sus interrogadores pusieron como condición para dejarla en libertad que “confesara”, y amenazaron con detener a su madre si no “cooperaba”. El 10 de julio, las autoridades cumplieron su amenaza y detuvieron a Raheleh Ahmadi.
El 2 de julio, las autoridades trasladaron a Saba Kordafshari a otra localidad y ocultaron su suerte y su paradero a su familia hasta que la volvieron a llevar a la cárcel de Shahr-e Rey el día 13 de julio, sometiéndola a desaparición forzada durante 12 días. Posteriormente, Saba informó a su familia de que había estado en la sección 2-A de la cárcel de Evin, que está bajo el control de la Guardia Revolucionaria Islámica, sometida a nuevas presiones para que “confesara”.
Otro caso es el de la defensora de los derechos de las mujeres Yasaman Aryani, de 24 años, detenida por las fuerzas de seguridad el 10 de abril en su domicilio en Teherán. Su madre, Monireh Arabshahi, fue detenida al día siguiente, después de indagar por el paradero de su hija en el centro de detención de Vozara de Teherán.
Amnistía Internacional ha sabido después que, durante los nueve días en que Yasaman Aryani estuvo aislada, miembros de las fuerzas de seguridad la amenazaron con, entre otras cosas, detener a sus hermanos pequeños y a su padre si no declaraba ante una cámara su “arrepentimiento” por haber mandado vídeos a la campaña Miércoles Blancos. También se burlaron de ella diciéndole que todo el mundo se había olvidado de su caso.
El 18 de abril, a Yasaman Aryani y Monireh Arabshahi las sacaron sin explicación alguna del centro de detención de Vozara y las llevaron en una furgoneta a un lugar sin identificar de Teherán. Al salir de la furgoneta se encontraron ante un equipo de grabación de la Radiotelevisión de la República Islámica de Irán (IRIB), la agencia estatal de noticias iraní, que las filmó sin su consentimiento. Las llevaron a una habitación para que el equipo las “entrevistara” y, ante su negativa, les dijeron que no tenían más remedio que contestar a las preguntas.
En marzo de 2019, las autoridades también convocaron a Zarrin Badpa, una mujer de edad, madre de Masih Alinejad —periodista radicada en Estados Unidos y fundadora de la campaña Miércoles Blancos—, y la interrogaron durante dos horas sobre las actividades de su hija mientras la filmaban. A Amnistía Internacional le preocupa que las autoridades puedan utilizar las declaraciones que Zarrin Badpa hizo bajo presión en futuros vídeos de propaganda, pues tienen un largo historial de este tipo de prácticas abusivas.
Recurriendo a burdas tácticas de propaganda, las autoridades no pueden ocultar la verdad de que cada vez hay más mujeres en Irán que defienden su derecho a decidir si llevar o no hiyab en público
Philip Luther
“Las autoridades iraníes no deben engañarse pensando que nadie se dará cuenta del carácter coercitivo y cruel de las “confesiones” de defensoras de los derechos de las mujeres y sus familiares grabadas en vídeo. Cualquier organismo de tipo estatal implicado en la producción y la difusión de estos vídeos de ‘confesiones’ comparte la responsabilidad de las violaciones de derechos humanos perpetradas contra estas mujeres y sus familiares”, ha dicho Philip Luther.
“Recurriendo a burdas tácticas de propaganda, las autoridades no pueden ocultar la verdad de que cada vez hay más mujeres en Irán que defienden su derecho a decidir si llevar o no hiyab en público. Deben dejar de tratar a las defensoras de los derechos de las mujeres como delincuentes, y abolir las leyes que obligan al uso del velo.”
Información complementaria
La campaña Miércoles Blancos es una popular plataforma online donde mujeres iraníes comparten vídeos en los que aparecen en público en Irán con la cabeza descubierta, expresando su oposición al uso obligatorio del velo y hablando sobre sus esperanzas respecto a los derechos de las mujeres.
Amnistía Internacional sabe de al menos ocho mujeres que están detenidas actualmente por su activismo contra el uso obligatorio del velo y la campaña Miércoles Blancos: Yasaman Aryani y su madre, Monireh Arabshahi; Saba Kordafshari y su madre, Raheleh Ahmadi; Mojgan Keshavarz; Fereshteh Didani; y otras dos mujeres cuyos nombres la organización aún no conoce. Estas mujeres se enfrentan a cargos tales como “incitar a la corrupción y la prostitución y facilitarlas”, “difusión de propaganda contra el sistema” y “reunión y conspiración para cometer delitos contra la seguridad nacional”.
En virtud de las leyes iraníes de uso obligatorio del velo, una mujer puede ser detenida, condenada a prisión, multada o azotada por dejarse ver en público sin hiyab. Las leyes que imponen el uso obligatorio del velo violan numerosos derechos, entre ellos los derechos a la igualdad, la intimidad y la libertad de expresión y de creencias. Además, la práctica de obligarlas a cubrirse la cabeza degrada a las mujeres y las niñas, despojándolas de su dignidad y su autoestima.