En Malta, tres jóvenes corren el riesgo de pasar el resto de su vida en prisión por ayudar a otras personas solicitantes de asilo a huir de la tortura. Pide justicia para los tres de El Hiblu.
En marzo de 2019, tres muchachos africanos (de 15, 16 y 19 años) subieron a bordo de una lancha neumática abarrotada para huir de Libia. Junto a otras 108 personas, fueron rescatados por un barco mercante, El Hiblu.
El capitán de un barco está legalmente obligado a rescatar a toda persona en situación de peligro en el mar y llevarla a un destino seguro. Libia no es un destino seguro. Lo que sufren allí las personas refugiadas y migrantes está bien documentado: detención arbitraria, tortura, violación y explotación.
Las personas rescatadas recibieron la promesa de que serían conducidas a un lugar seguro en Europa pero, con el paso del tiempo, se dieron cuenta de que las llevaban de regreso a Libia. Horrorizadas ante la perspectiva de volver a la situación de tortura de la que habían huido, entraron en pánico.
La gente empezó a llorar y a gritar: “¡No queremos ir a Libia, preferimos morir!”.
El primer oficial del barco supo que un chico de 15 años hablaba inglés y le preguntó: “¿Qué puedo hacer para que se calmen?” Y él respondió: “No nos lleve de vuelta a Libia”.
El barco viró y puso rumbo a Malta. Los tres jóvenes ayudaron al primer oficial traduciendo sus palabras al grupo de personas rescatadas, y así lograron apaciguar los ánimos.
Pero hubo medios de comunicación y figuras de la política que tergiversaron los hechos y acusaron a los tres chicos de “secuestrar” El Hiblu, y el ejército maltés asaltó el barco. Los tres jóvenes fueron desembarcados en Malta esposados, a pesar de que la policía declaró que la tripulación tenía el control y que no había ninguna persona herida ni daños en el barco.
A pesar de ello, los tres se enfrentan a cargos que pueden cambiarles la vida por completo.
Pide al fiscal general de Malta que:
- retire todos los cargos contra los tres de El Hiblu y archive la causa antes del juicio.