Resumen
Durante más de diez años, las autoridades azerbaiyanas han ido restringiendo el espacio de la sociedad civil. Han cerrado arbitrariamente ONG y han detenido u obligado a exiliarse a periodistas y representantes de la sociedad civil.
Las autoridades de Azerbaiyán vienen recibiendo críticas de la comunidad internacional por las presuntas torturas y otros malos tratos a que se ven sometidas algunas de las personas que critican al gobierno. En algunos casos, se niega el acceso a atención médica adecuada a las que sufren un empeoramiento de su salud en prisión. Además, también se ha represaliado a familiares de quienes critican al gobierno mediante campañas de desprestigio o el bloqueo de sus bienes con sanciones económicas.
Asimismo, en los últimos años las autoridades ha adoptado leyes restrictivas que regulan en exceso el trabajo de los medios de comunicación y de las ONG, al tiempo que limitan severamente las protestas pacíficas en Azerbaiyán desde hace más de un decenio.

Durante más de diez años, las autoridades azerbaiyanas han estado restringiendo el espacio de la sociedad civil.
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¿Cómo ha afectado la COP29 a la situación?
La Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (COP29) que se celebrará en Bakú en noviembre de 2024 situará el foco de atención global en Azerbaiyán. Desde que se anunció, el pasado mes de diciembre, que Azerbaiyán iba a ser el país anfitrión de la COP29, las autoridades han intensificado la represión del derecho a la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica en la sociedad civil. Organizaciones independientes de la sociedad civil siguen cerradas y personas que mostraban una actitud crítica han sido encarceladas en virtud de cargos de motivación política o se han visto obligadas a exiliarse.
Quienes defienden los derechos humanos de Azerbaiyán calculan que permanecen detenidas alrededor de 300 personas por cargos de motivación política. Entre ellas hay defensores y defensoras de los derechos humanos, periodistas y activistas ambientales, políticos y de otros ámbitos enjuiciados en virtud de cargos falsos o de motivación política como represalia por sus críticas a las autoridades.
La participación de activistas y de la sociedad civil es vital para garantizar debates eficaces en la COP29. La represión en Azerbaiyán implica que no se respetarán los derechos humanos y que no se podrá hacer justicia climática.

Casos individuales
Anar Mammadli, libertad de asociación

Anar Mammadli es un destacado defensor de los derechos humanos y la acción por el clima que abogó por la participación de la sociedad civil en la COP29, incluso como cofundador de la Iniciativa Clima de Justicia. Fue arrestado el 29 de abril de 2024 y está detenido en espera de juicio.
El pasado 29 de abril, Anar Mammadli se dirigía a la guardería a recoger a su hijo cuando fue detenido por unos hombres no identificados y con máscaras, que se lo llevaron en un vehículo negro. Según su familia, a continuación, la policía registró el domicilio de Anar y, al parecer, colocó dinero en él.
Se enfrenta a cargos falsos de conspiración para introducir ilegalmente dinero en el país. Si es declarado culpable, su pena podría ser de hasta ocho años de prisión. Previamente, Anar pasó casi dos años en prisión a causa de su trabajo de derechos humanos y quedó en libertad en 2015.
Nargiz Absalamova, libertad de expresión

Nargiz Absalamova, periodista de Abzas Media, fue detenida el 1 de diciembre de 2023 acusada de contrabando de dinero. Nargiz niega haber hecho nada ilícito. Según su abogado, no estaba fuera de Azerbaiyán en el momento del presunto contrabando.
Absalamova es el cuarto miembro de Abzas Media en detención previa al juicio por cargos relacionados con el dinero desde que la policía declaró haber encontrado 40.000 euros durante una redada en la oficina del periódico.
Como periodista, Absalamova ha sufrido hostigamiento y violencia policial. En 2021, mientras cubría una protesta feminista, fue detenida por unos agentes junto con otros colegas. En diciembre de 2022, durante una protesta contra una nueva ley “sobre los medios de comunicación” anunciada por las autoridades, la policía golpeó a Nargiz y le fracturó la clavícula.
En junio de 2023, Nargiz recibió el encargo de cubrir la represión de las fuerzas policiales en unas manifestaciones contra una mina de oro en Soyudlu. La población de la localidad acusaba a las autoridades de envenenar el agua. La policía incautó brevemente sus teléfonos antes de expulsar a Nargiz y a otros periodistas del pueblo e impedir una cobertura independiente de las protestas.
Nargiz Lleva ya más de diez meses en un centro de prisión preventiva, junto con sus colegas de Abzas Media, retenida injustamente por cargos falsos.
Tortura y otros malos tratos en prisiones
La tortura y otros malos tratos durante la reclusión se denuncian con frecuencia en Azerbaiyán, donde la policía y miembros de otros organismos de investigación los cometen impunemente. Los presuntos responsables casi nunca comparecen ante la justicia. No existe ningún procedimiento de presentación de quejas independiente ni acceso a la justicia y recursos efectivos para las víctimas. Casi todas las personas críticas con el gobierno denuncian habitualmente haber sido sometidas a tortura y otros malos tratos durante su reclusión. Estas denuncias no se investigan de manera eficaz.
El 3 de julio de 2024, el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura y de las Penas o Tratos Inhumanos o Degradantes (CPT) del Consejo de Europa denunció públicamente la negativa de Azerbaiyán a mejorar la situación a la luz de las recomendaciones del Comité y la persistente falta de cooperación de las autoridades azerbaiyanas con el CPT. En el informe publicado junto a la declaración, el Comité expresó su extrema preocupación por el recurso prolongado y generalizado de la policía a los malos tratos físicos (incluida, en ocasiones, la tortura).
A las personas críticas con el gobierno se les niega a menudo una atención sanitaria adecuada durante su reclusión, lo que provoca el empeoramiento de su salud o de afecciones médicas preexistentes.


